Preparación
Se le quita la concha a la lechosa, se le retiran las semillas y se corta en rebanadas muy finas, tratar de que sean de un centímetro de grueso, de largo deberían tener unos 10 centímetros.
Se extienden sobre una bandeja. Se les rocía un poco de bicarbonato y se dejan así hasta el día siguiente.
Si se quiere obviar el bicarbonato, lo que se puede hacer es extender las rebanadas y ponerlas al sol por un día, de esta forma también se logrará la consistencia firme.
Luego en una olla grande se colocan las rebanadas de lechosa y se cubren de agua, que el agua las sobrepase unos tres centímetros.
Se dejan hervir y se cocinan a fuego alto, con la olla tapada, por tres minutos.
Se cuela. Se lavan bien con agua fría y se dejan aparte. En otra olla, también grande, se sirven las quince tazas de agua, se mezclan con el papelón y se deja hervir por quince minutos.
El líquido que quedó en la olla, se pasa por un colador de tela para quitar los restos de papelón y se devuelve a la olla.
Se agregan entonces los clavitos, las hojitas de higo y la lechosa que se tenía aparte.
Se lleva a hervir. Se deja cocinar, destapada, por una hora y media o hasta que el almíbar haya espesado.
La lechosa debe tener una apariencia brillante.
Se retiran los clavitos y las hojitas. Se llevan en un envase de vidrio a la nevera por unas seis horas.
Cuando se sirva, se le puede agregar un poquito de queso crema, esto contrastará con el sabor dulce.